miércoles, 30 de junio de 2010

Juan Gelman

Confianzas

Juan Gelman


se sienta a la mesa y escribe

"con este poema no tomarás el poder" dice
"con estos versos no harás la Revolución" dice
"ni con miles de versos harás la Revolución" dice

y más: esos versos no han de servirle para
que peones maestros hacheros vivan mejor
coman mejor o él mismo coma viva mejor
ni para enamorar a una le servirán

no ganará plata con ellos
no entrará al cine gratis con ellos
no le darán ropa por ellos
no conseguirá tabaco o vino por ellos

ni papagayos ni bufandas ni barcos
ni toros ni paraguas conseguirá por ellos
si por ellos fuera la lluvia lo mojará
no alcanzará perdón o gracia por ellos

"con este poema no tomarás el poder" dice
"con estos versos no harás la Revolución" dice
"ni con miles de versos harás la Revolución" dice
se sienta a la mesa y escribe

martes, 29 de junio de 2010

Malena canta el tango como ninguna

Hay seres que están más allá de lo humano, quizá en proceso de transhumanización, les doy la enhorabuena. Los humanos corrientes por el contrario sienten alegría, pena, esperanza, rabia, deseos, porque forman parte una tierra cernudiana, siempre que Cernuda no sea propiedad de nadie.
Humanos que se maravillan como Alicia o se horrorizan como Alicia. Y quizá antes de morir lleguen a la ataraxia, sobre todo después de muchos éxtasis ¿por qué no?
Uno nunca sabe hasta donde llegarán algunos o qué serán capaces de hacer en favor de su perfección espiritual.

Después de que Shakespeare nos glosara a la reina de las flores, del imperio de las hadas, que es el único reinado por el que el autor tuvo algún tipo de simpatía, para el resto bueno es oír hablar a Macbeth, Hamlet o Ricardo III, vamos a cambiar de registro.
Les dejo con Malena, que lo canta como ninguna, el tango cuya letra es tan digna de figurar en la lírica o más que muchos poemas que dicen llamarse tales.

Ahí va:


Letra: Homero Manzi
Música: Lucio Demare
Año: 1941

Malena canta el tango como ninguna
y cada verso pone su corazón.
A yuyo de suburbio su voz perfuma.
Malena tiene pena de bandoneón.
Tal vez allá, en la infancia, su voz de alondra
tomó ese tono oscuro de callejón;
o acaso aquel romance que sólo nombra
cuando se pone triste con el alcohol...
Malena canta el tango con voz de sombra;
Malena tiene pena de bandoneón.

Tu canción
tiene frío del último encuentro.
Tu canción
se hace amarga en la sal del recuerdo
Yo no sé
si tu voz es la flor de una pena,
solo sé
que al rumor de tus tangos, Malena,
te siento más buena,
más buena que yo.

Tus ojos son oscuros como el olvido;
tus labios, apretados como el rencor;
tus manos, dos palomas que tienen frío;
tus venas tienen sangre de bandoneón...
Tus tangos son criaturas abandonadas
que cruzan sobre el barro del callejón
cuando todas las puertas están cerradas
y ladran los fantasmas de la canción.
Malena canta el tango con voz quebrada;
Malena tiene pena de bandoneón.

miércoles, 23 de junio de 2010

Sueño de una noche de San Juan

Para conmemorar la noche de San Juan, nada mejor que unos fragmentos de la obra de teatro de Shakespeare del mismo nombre "Sueño de una noche de San Juan", o "Sueño de una noche de verano" según otros traductores, que el cisne de Avon, que se ganó la vida como comediante, nos dejó a todos como un precioso regalo:


Cantos de las hadas (fragmento)



ACTO II



Hada:

Sobre la colina, sobre el llano, entre la maleza, entré los matorrales, sobre el parque, sobre el cercado, al través del agua, al través del fuego, por todas partes voy vagando más rápida que la esfera de las lunas; y sirvo a la reina de las hadas, para llenar de rocío sus verdes dominios. Las altas velloritas son sus discípulas. ¿Veis manchas en sus mantos de oro? Esos son rubíes, regalos de hadas; en esas manchas viven sus perfumes; y tengo que ir a buscar allí algunas gotas de rocío y colgar una perla en la oreja de cada prímula. Adiós ¡oh tú, el más pesado de los espíritus! Me voy. Ya nuestra reina y todo su séquito no tardarán en llegar.


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Canto de las hadas

Acto III

1ª HADA:

Bilingües sierpes manchadas
y erizos, no os dejéis ver.
Orvetos y lagartijas
a la reina no toquéis.


2ª HADA:

Las arañas tejedoras
ténganse lejos de aquí,
y el oscuro escarabajo
y el empolvado reptil.
A la reina no toquéis.


Acto V

Hadas, coro:



Con las gotas del rocío
consagremos esta casa,
donde a sus dueños escasa

nunca la dicha será.
Cantad y bailad ahora
hasta que raye la aurora.


William Shakespeare, Sueño de una noche de verano

lunes, 21 de junio de 2010

Amigos de Fahrenheit 451

Señoras, señores, amigos, amigas, enemigos públicos, enemigos íntimos, piratas informáticos, Groucho Marx que estás en los cielos (si no es un club privado)etc. Paso a informar que el único carnet que poseo es el de identidad, que no obstante quizá a alguno le gustaría arrebatarme, pero no lo va a conseguir (aviso). Y además aún no me caduca, con lo que voy a disfrutar del él, sin el chip que colocan a los nuevos, el tiempo que El Gran Hermano lo permita. Amén.

Vivimos tiempos oscuros. Más que en el Medievo, que tuvo sus luminarias y su pueblo espontáneo y sus carmina burana.
Tiempos del pensamiento a sueldo. De lo políticamente correcto, de la exaltación de lo inane elevado a la enésima potencia. Tiempos donde la libertad como concepto y como realidad está en aprietos. Tiempos muy estrechos para la amplitud de miras que corre el peligro de acabar en un suburbio convertida en oficinista mediocre (con mis respetos para los oficinistas geniales, que son muchos y tienen que alimentarse). Al fin y al cabo Gegrorio Samsa hay uno solo, no se haga nadie ilusiones. Y Kafka tuvo la decencia de morirse antes de la segunda guerra mundial*, porque ¡oh Dios mío! ¿qué hubiese escrito de haber vivido esa magnánima catástrofe? No quiero ni pensarlo. Lo habrían acusado de instigar cualquier revuelta. A ese corazón melancólico de Cartas a Milena.
Porque este es un mundo de diseño, ajústese, el cinturón y todo lo demás, y ajústese de lo lindo, oiga. Menos algún órgano, ese, al filo de la medianoche,lo puede usted estirar hasta el infinito, si sigue los consejos de los anuncios que a esas magníficas horas interrumpen los escasos programas culturales. Y después con la masculinidad a salvo puede gozar de la feminidad de su señora como mandan los popes del consumo. ¿Que el tamaño no importa? Díganselo a las cuentas corrientes de algunos.
Si aquí de lo que se trata es de estirar.Y estirarse, para que el dedo corazón toque el último día del mes con dignidad.
Pero no opine, y menos si va a opinar sobre comunistas, porque claro, mire usted, aunque ha muerto Stalin, ha caído el muro y Lenin es una momia, si dice usted que simpatizaba con Saramago es que es lleva usted el carnet en la boca. Porque las opiniones libres no existen. Y el peor fantasma del mundo es el del comunismo.
Es más bonito todo lo que se hace en nombre de la democracia. Por ejemplo: alguna nimiedad como matar.
Porque lo verdaderamente venenoso es esa lengua que algunos llevamos cerca de los dientes sin moderla, un prodigio.
Y por eso me gusta Saramago, aunque yo no lleve más que un DNI sin chip y uno de biblioteca que caducó hace tiempo pero que se ve precioso como fetiche alternativo, y la única biblioteca verdaderamente peligrosa, amigos de Fahrenheit aviso, es la que yo tengo en mi casa, y mucho peor aún, preparen las hogueras, la que está en mi cerebro.


Verónica Pedemonte


* Todos los desastres de la humanidad los escribo con minúsculas, en mis libros,en mis artículos, y en mis graffitis si se tercia.

domingo, 20 de junio de 2010

Homenajes

He recibido de parte de la poeta Silvia Loustau (que acaba de lanzar un libro sobre las Madres de Mayo) este envío sobre José Saranago. Unas palabras para compartir. Tanto el blog de Silvia Loustau como el de Andrés Aldao de Artesanías literarias (donde también se hace un homenaje al Nobel portugués ) aparecen entre mis enlcaces por si quieren echar un vistazo a sus más que interesantes contenidos.

Les dejo con estas acertadas palabras de Silvia y un poema, de Poesías Completas del autor, que también me envía.

Añado en música otra versión de Grândola,la original y algunos vídeos, entre ellos aquel donde aparecen Saramago y Pliar del Río con Luis Pastor y otros amigos.



"Yo no tengo palabras ante la partida José Saramago.

Sólo que siento que ante cada uno de ellos que se va nos quedamos un poco huérfanos. No sólo la orfandad ante la palabra , sino la orfandad de un ser comprometido con el Hombre y sus circunstancias.

No en vano la Fundación Saramago trabaja, entre otras asuntos , por los DD.HH.

Un poema suyo es mi homenaje. " Silvia Loustau




José Saramago

Las palabras son nuevas



Las palabras son nuevas; nacen cuando

al aire las lanzamos en cristales

de suaves o duras resonancias.


Somos igual que los dioses, inventando

desde la soledad del mundo estas señales

como puentes que abrazan las distancias.

viernes, 18 de junio de 2010

A la memoria de José Saramago

Ha muerto Saramago, estoy muy triste. Era una de esas personas que crees que nunca nos van a dejar, sólo es así en cierto modo. Nos "queda su palabra". Tuve la suerte de conocerlo personalmente hace años en la Fundación Alberti. Alguien dijo de modo un poco cínico "es un creyente". Y tenía razón, un creyente, en la humanidad, especialmente en su parte femenina, y pese a toda su sabiduría, en la posibilidad de ser mejores.

Tal como va el mundo, que hasta en la Fox citan a Marx, creo que es hora de adquirir canciones, de ampliar miras, de romper mitos y mitologías. Y entender que las canciones de algunos son de todos y para todos.

Le dedico mi poema más "bolchevique" de Dulcinea en Manhattan y lo acompaño de Grandola porque es una canción donde los fusiles se sellaron con flores.
José Saramago nunca será un muerto dócil sino un escritor vivo.





BOLCHEVIQUE


He tomado el Palacio de Invierno.
Se lo llevó un turista piedra a piedra
y lo dejó en el Bronx.
Lleno de zares muertos
como estatuas de cera
de la torre de Londres.
No sé por qué alguien dijo:
¡Bolchevique!
Como no tenía ganas
de escuchar a los muertos
discretamente los mandé callar.
Fueron dóciles, en el fondo,
los muertos son dóciles.
Tuve que abrir las ventanas
al frío sol de invierno,
tu amor no aparecía.
Y lavé la vajilla imperial
prácticamente a mano.
El sol entraba por la ventana
y los muertos se desintegraron.
Pero no encontré tu amor.
Con lo bien que hubiera estado amarte
en los jardines de recreo
sobre una bandera roja.

Verónica Pedemonte (Dulcinea en Manhattan, Kutxa Irún , 2002)

jueves, 17 de junio de 2010

SOUVENIR


No tienes aves del paraíso.
Los colibríes no visitan Notre Dame.
Por Madrid no caminan leopardos.
Los flamencos no vuelan
ni beben Coca-Cola,
tampoco hablan castellano.
El Partenón: La foto de un turista.
La gran Roma: Un sitio
para poner los autos.
Ámame vieja Europa,
de corazón herido por dos guerras.
En el pecho la foto de un Aliado.
Oriente te hizo infiel
y llena de misterios.
El beso del romano
te concedió una lengua.
Los griegos no te amaron menos,
si bien, eligen siempre a Minos.
Normandos y sajones
te hicieron cortesana.
Sagrada meretriz.
¿Vale tu amor un euro?

Veronica Pedemonte

Dulcinea en Manhattan. Premio Internacional Kutxa Ciudad de Irún 2002

martes, 15 de junio de 2010

Space dementia

Usando el título de la canción de Muse, este es un espacio para el análisis de la demencia social. Hoy para el análisis la película Vincere de Bellocchio. Irma Dalser , una mujer a la que nadie cree porque así lo ordena el poder, Mussolini, un socialista quwe deriva en fascista, su desmedida ansia de poder. Un hombre que desafía a Dios a que lo fulmine en cinco minutos, y como eso no ocurre él mismo se convierte en dios.

A continuación transcribo una entrevista a su director:


Marco Bellocchio habla sobre Ida Dalser, amante secreta de Mussolini y protagonista de "Vincere"

Vértigo-NOTICINE.com

Martes 08 de Junio de 2010 12:49

La trágica y hasta no mucho oculta historia de la primera mujer en la vida del luego dictador Benito Mussolini, y madre de su primer hijo, Ida Dalser, ha servido al veterano Marco Bellocchio como inspiración de "Vincere", una de las cintas italianas más premiadas del pasado año y que ahora llega a los cines españoles. Dalser fue correligionaria, admiradora y hasta mecenas del joven revolucionario que se convertiría en Duce y fundador del movimiento fascista, pero luego se convertiría en una de sus primeras víctimas, castigada ella y su hijo bastardo a la reclusión en psiquiátricos.

- ¿Cómo descubrió por primera vez la historia de Ida Dalser?
No conocía la historia hasta que la escuché en un documental que vi en televisión hace unos años: "El secreto de Musssolini", de Fabrizio Laurenti y Gianfranco Norelli. Inmediatamente me dio la impresión de que Ida Dalser, que tuvo un hijo de Mussolini, fue una mujer extraordinaria. Una mujer que se negó a permanecer callada sobre la verdad, hasta el amargo final, a pesar de que el régimen hizo todo lo posible por destruir todas las huellas sobre ella. La mujer de Mussolini y su hijo eran un escándalo que tenía que mantenerse escondido, hasta el punto de borrar su misma existencia, y no sólo físicamente. De hecho, ambos fueron encerrados en instituciones mentales hasta el final de sus días. Pero si vas al lugar donde nació, en Trentino, es increíble como la gente recuerda claramente esta tragedia que quedó fuera de la historia oficial. Afortunadamente, se han publicado dos libros llenos de documentos y relatos de testigos: La mujer de Mussolini de Marco Zeni y El hijo secreto del Duce, de Alfredo Pieroni. Este material incluye, por ejemplo, el gran número de cartas que Ida Dalser escribió a las más altas autoridades, incluyendo al Papa y naturalmente al mismo Mussolini, suplicando ser reconocida como su legítima esposa y madre de su primer hijo. También están algunas de las respuestas del Duce.

- ¿Qué le atrajo en particular de esta historia? ¿La oportunidad de levantar la cortina histórica o la historia de las gentes involucradas en ella?
No estaba interesado en subrayar o exponer la vileza del régimen fascista. Sin embargo me afectó enormemente esta mujer y su absoluta negativa a aceptar cualquier tipo de acuerdo. Después de todo, podría haber aceptado volver a las sombras y quizá, haber sido generosamente recompensada, lo que ocurrió con muchas de las otras amantes de Mussolini. Pero no lo hubiera aceptado. Quiso reclamar su propia identidad. No podía aceptar la traición de este hombre, al que como le decía en sus cartas, había amado profundamente dándole todo lo que tenía. Pero una vez que se convirtió en Duce, Mussolini debía poner fin a esa antigua historia de amor, también para no dañar su relación con la iglesia, puesto que el régimen trabajaba para firmar los Pactos Lateranos en 1929. De hecho, tan exitoso fue este movimiento político que el Papa se refirió a él como "enviado de Dios". Madre e hijo tenían que desaparecer junto a los papeles que registraban el matrimonio y el nacimiento del niño cuyo nombre sería cambiado. Ya no existirían más.

- ¿Cuál es su impresión sobre Ida Dalser?
No fue una persona que tomara decisiones en base a la mediocridad: de corazón, compartía los ideales del joven Mussolini, una cierta clase de posición heroica, intervencionista, antisindicalista, individualista y pensando en el futuro. Se enamoró completamente de un joven cuando aún no era nadie. Le defendió cuando estaba arruinado, atacado e insultado. Más tarde, la relación dio la vuelta y cuando todo el mundo amaba al Duce, a ella se la dejó fuera y todo el mundo se le volvió en contra. Motivada por su amor salvaje, incapaz de darse cuenta de quién tenía las de ganar, fue contra toda Italia, que entonces empezaba a abrazar el fascismo y a alinearse con Mussolini. El comportamiento de Ida Dalser, con su valor al enfrentarse al Duce y su negativa a rendirse, rebelde hasta el final, me recuerda a ciertas heroínas trágicas. Antígona me viene a la mente, pero también otras como Aída, por ejemplo. Y en este sentido, la película es también un melodrama sobre la invencibilidad de una pequeña mujer italiana que no podía ser reducida por ningún poder, y de alguna forma, es ella la que gana.

- ¿Por qué era Ida Dalser un peligro para Mussolini?
Hubo un momento en que Ida no volvería a verle en persona. Sólo en el cine, en las noticias, asombrada por la imagen de este hombre que se proyectaba enorme en la pantalla, como un actor, una estrella. Y a través de sus expresiones seguimos la evolución de este hombre. Tan pronto como saltó a los medios, se convirtió en otra persona a sus ojos. De Mussolini al Duce. Estaba siendo testigo sin desearlo de un cambio político que duraría para siempre mientras vivió. Mussolini fue el primero en establecer un régimen basado en imágenes y desde ese momento, la política entró en el mundo de la imagen y del imaginario popular. Un punto sin retorno en la historia. Hoy, parte de sus movimientos y actuaciones parecen ridículas, pero adoptar ese estilo le permitió conquistar a las masas. Pues bien, su preciada imagen no podía ponerse en peligro. Y así este hombre amado por los medios, perseguiría a Ida Dalser puesto que podía haber presentado cargos contra él, causado un escándalo público, y objetivamente, dañar su imagen.

- ¿Usó las imágenes de archivo para añadirmás sensación de realidad o fue una cuestión de estilo?
Indudablemente una cuestión de estilo, pero también por razones prácticas. No podíamos reproducirlo todo. Teníamos que mezclar el material de archivo con nuestras imágenes para crear un estilo particular, empezando por las imágenes del joven Mussolini, interpretado por un actor, y pasando las imágenes reales del dictador, sugiriendo el proceso histórico. Desde 1922 en adelante, el actor desaparece, y en pantalla sólo se ve al Mussolini real.

"Grandilocuente y arrolladora, Vincere es, antes que un biopic de Mussolini, un magnético y alucinado ensayo acerca de la edificación de un sentimiento:la simpatía por el diablo, la seducción que lo monstruoso aplica sobre las masas." La Butaca

viernes, 11 de junio de 2010

Mantra personal sin personal coach

Temerarios

Hay que encerrarse en la caligrafía
atribuirle al nombre un número,
soportar con paciencia la etiqueta
y no inventar el mundo cada tarde.

Hay que aceptar al general en jefe,
hay que encogerse si la cama es corta.
Dormir de lado si la ves estrecha,
estrujarse los pies en los zapatos.

Aunque conozco gente temeraria
que ante la duda, caminó descalza,
asimiló las deudas, perdonó los errores,

le dijo adiós al general en jefe,
dentro de la mejor caligrafía,
y se atrevió a vivir a su manera.

Verónica Pedemonte

Esclavos y libertos (diponible en la Biblioteca virtual del MLRS)

Gerardo Diego 2000, Santander

miércoles, 9 de junio de 2010

Un hacker en el correo

Piratas informáticos


Me enamoré
de un pirata informático.
La reina de Inglaterra
lo ha convertido en Lord.
Yo era un libro
y lo que he visto
me ha convertido en dos*.


Verónica Pedemonte

Esclavos y libertos (fragmento) Gerardo Diego 2000, Santander


* O en diez, o en veinte, hay quien alcanza los cuarenta.
A medida que aumenta la visión suele aumentar la cantidad de libros, sin que eso implique un reconocimiento desde el Foreing Office.

martes, 8 de junio de 2010

Auden

Embajada

Se disipó, al caer la tarde, la opresión del día;
Las altas cumbres pudieron divisarse; había llovido
A través de amplios prados y flores refinadas
Fluía el diálogo de los diplomáticos.
Dos jardineros les miraron los zapatos caros
y el chofer esperaba, leyendo algo apoyado sobre el manubrio,
hasta que ellos terminaran su intercambio de enfoques.
Parecía una escena perteneciente a la esfera privada.
Lejos de ahí, sin importar sus buenas intenciones,
las fuerzas armadas esperaban un error verbal
con toda la parafernalia dispuesta para dañar:
Y del encanto de ellos dependía
una tierra devastada, con sus jóvenes masacrados,
sus mujeres llorando y el pueblo bajo el terror.

W. H. Auden


The Embassy

As evening fell the day's oppression lifted
Far peaks came into focus, it had rained.
Across wide lawns and cultured flowers drifted
The conversation of the highly trained.
Two gardeners watched them pass and priced their shoes
A chauffeur waited, reading in the drive
For them to finish their exchange of views.
It seemed a picture of the private life.

Far off, no matter what good they intended
The armies waited for a verbal error
With all the instruments for causing pain
And on the issue of their charm depended
A land laid waste, its towns in terror
And all its young men slain.

W.H.Auden

sábado, 5 de junio de 2010

Oda triunfal

Oda Triunfal - Fernando Pessoa bajo el heterónimo de Álvaro de Campos

Es este un poema extraordinario y brutal, un poema absolutamente salvaje sobre el mundo, que Pessoa como persona inteligente, que ni siquiera deseaba ser llamado genio aunque lo fuera (indaguen en el poema que escribó al respecto) firma con el heterónimo Álvaro de Campos. ¿querría haberlo firmado como Fernando Pessoa? Por supuesto que no, aunque una crítica inane y psicologista (ah... que favor hacen algunos miembros de la psiquiatría rasa y otros de la psicología barata a los sistemas de dominio ) prefiera pensar que Pessoa padecía de personalidades múltiples. Pero, naturalmente, por Dios, del mismo modo que Shakespeare era Julieta y Macbeth, una alegre comadre de Windsor y Ricardo III. Sólo que al autor de teatro se le concede el desdoblamiento en personajes que no tienen por qué ser él, pero que forman la parte de su indagación y conocimiento sobre eso que alegremente se da en llamar "condición humana".

Contemplar al monstruo no es ser el monstruo, a ver si nos enteramos de una purísima vez.
Condición humana, haz y envés. Miseria absoluta, sordidez extrema, y mientras tanto las máquinas. Y Virgilio en el infierno ¿quieren perdonar a Dante? No firmaré esa petición en ningún facebook.





4. ODA TRIUNFAL



A la dolorosa luz de las grandes lámparas eléctricas de la fábrica

tengo fiebre y escribo.

Escribo rechinando los dientes, una fiera ante esta belleza,

ante esta belleza totalmente desconocida por los antiguos.



¡Oh ruedas, oh engranajes, r-r-r-r-r-r-r-r eterno!

¡Fuerte espasmo retenido de los maquinismos furiosos!

¡Furiosos fuera y dentro de mí

por todos mis nervios disecados,

por todas las papilas de todo aquello con que siento!

Tengo secos los labios, ¡oh grandes ruidos modernos!

De oíros demasiado cerca,

y me arde la cabeza de querer cantaros con el exceso

de expresión de todas mis sensaciones,

con un exceso contemporáneo de vosotras, ¡oh máquinas!



Febril y mirando los motores como a una Naturaleza tropical

-¡grandes trópicos humanos de hierro y fuego y fuerza!-

canto, y canto al presente, y también al pasado y al futuro,

porque el presente es todo el pasado y todo el futuro

y están Platón y Virgilio dentro de las máquinas y de las luces eléctricas

sólo porque hubo antaño y fueron humanos Virgilio y Platón,

y pedazos de Alejandro Magno tal vez del siglo cincuenta,

átomos que han de tener fiebre en el cerebro del Esquilo del siglo cien,

andan por estas correas de transmisión y por esos émbolos y por estos volantes

rugiendo, rechinando, rumoreando, atronando, ferrando,

haciéndome un exceso de caricias en el cuerpo con una sola caricia en el alma.



¡Ah, poder expresarse todo como un motor se expresa!

¡Ser completo como una máquina!

¡Poder ir por la vida triunfante como un automóvil último modelo!

¡Poder, al menos, penetrarme físicamente de todo esto,

rasgarme todo, abrirme completamente, volverme poroso

a todos los perfumes de aceites y calores y carbones

de esta flora estupenda, negra, artificial e insaciable!



¡Fraternidad con todas las dinámicas!

¡Promiscua furia de ser parte-agente

del rodar férreo y cosmopolita

de los trenes estrenuos*,

de la tarea de transportar cargas de navíos,

del giro lento y lúbrico de los guindastes,

del tumulto disciplinado de las fábricas,

y del casi-silencio susurrante y monótono de las correas de transmisión!



¡Horas europeas, productoras, entablilladas

entre maquinismos y quehaceres útiles!

¡Grandes ciudades paradas en los cafés,

en los cafés -oasis de inutilidades ruidosas-

donde se cristalizan y precipitan

los rumores y los gestos de lo Útil

y las ruedas dentadas y los coginetes de lo Progresivo!

¡Nueva Minerva sin alma de los muelles y estaciones!

¡Nuevos entusiasmos con la estatura del Momento!

¡Quillas de placas de hierro sonriendo arrimadas a las dársenas

o en seco, erguidas, en los planos inclinados de los puertos!

¡Actividad internacional, transatlántica, Canadian-Pacific!

¡Luces y febriles pérdidas de tiempo en los bares, en los hoteles,

en los Longchamps y en los Derbies y en los Ascots,

y Picadillies y Avenues de l'Opera que entran

por dentro de mi alma!



¡Hola, calles, hola, plazas, hola, la foule!

¡Todo lo que pasa, todo lo que se para ente los escaparates!

¡Comerciantes; vagabundos; escrocs exageradamente bien vestidos;

miembros evidentes de clubes aristocráticos;

escuálidas figuras ambiguas; padres de familia vagamente felices

y paternales hasta en la cadena de oro que atraviesa el chaleco

de bolsillo a bolsillo!

¡Todo lo que pasa, todo lo que pasa y nunca pasa!

¡Presencia excesivamente acentuada de las cocottes,

banalidad interesante (¡y quién sabe qué otra cosa por dentro!)

de las burguesitas, madre e hija, por lo general,

que andan por la calle con cualquier motivo;

la gracia femenina y falsa de los pederastas que pasan, lentos;

y toda la gente sencillamente elegante que pasea y se exhibe

y luego resulta que tienen un alma dentro!



(¡Ah, cómo desearía ser el souteneur de todo esto!)

¡La maravillosa belleza de las corrupciones políticas,

deliciosos escándalos financieros y diplomáticos,

agresiones políticas en las calles,

y de vez en cuando el cometa de algún regicidio

que ilumina de Prodigio y Fanfarria los cielos

usuales y lúcidos de la Civilización cotidiana!



¡Noticias desmentidas de los periódicos,

artículos políticos insinceramente sinceros,

noticias passez à-la-caisse, grandes crímenes-

de los que dos columnas pasan a la segunda página!

¡El olor fresco a tinta tipográfica!

¡Los carteles pegados hace poco, mojados!

¡Vients-de-paraître amarillos con una cinta blanca!

¡Cuánto os amo a todos, a todos, a todos,

cuánto os amo de todas las maneras,

con los ojos y con el oído y con el olfato

y con el tacto (¡lo que representaría para mí tocaros!)

y con la inteligencia como una antena a la que hacéis vibrar!

¡Ah, de qué manera todos mis sentidos se encelan por vosotros!



¡Abonos, trilladoras a vapor, progresos de la agricultura!

¡Química agrícola, y el comercio casi una ciencia!

¡Oh muestrarios de los viajantes-de-comercio,

de los viajantes-de-comercio, caballeros-andantes de la Industria,

prolongaciones humanas de las fábricas y de las oficinas tranquilas!



¡Oh telas en los escaparates, oh maniquíes, oh últimos figurines!

¡Oh artículos inútiles que todos quieren comprar!

¡Hola, grandes almacenes con varias secciones!


¡Hola, anuncios luminosos que se ven, parpadean y desaparecen!

¡Hola, todo aquello con lo que hoy se construye, con lo que hoy se es diferente de ayer!

¡Eh, cemento armado, hormigón, técnicas nuevas!

¡Progresos de los armamentos gloriosamente mortíferos!

¡Blindajes, cañones, ametralladoras, submarinos, aeroplanos!



Os amo a todos, a todo, como una fiera.

Os amo carnívoramente,

perversamente y enroscando mi mirada

en vosotras, ¡oh cosas grandes, banales, útiles, inútiles,

oh cosas modernísimas,

oh mis contemporáneas, forma actual y próxima

del sistema inmediato del Universo!

¡Nueva Revelación metálica y dinámica de Dios!

¡Oh fábricas, oh laboratorios, oh music-halls, oh Luna Parks,

oh acorazados, oh puentes, oh muelles flotantes,

en mi mente turbulenta y encandecida

os poseo como a una mujer hermosa,

os poseo totalmente como a una mujer hermosa a la que no se ama,

a la que se encuentra por casualidad y nos parece interesantísima!



¡Eh-ah-ho, fachadas de los grandes almacenes!

¡Eh-ah-ho, ascensores de los grandes edificios!

¡Eh-ah-ho, reorganizaciones ministeriales!

¡Parlamentos, políticas, secretarios de presupuestos,

presupuestos falsificados!

(Un presupuesto es tan natural como un árbol

y un parlamento tan bello como una mariposa.)



¡Hola, interés por todo en la vida,

porque todo es la vida, desde los brillantes en los escaparates

hasta la noche, puente misterioso entre los astros

y el mar antiguo y solemne, bañando las costas

y siendo misericordiosamente el mismo

que era cuando Platón era verdaderamente Platón

en su presencia verdadera y en su carne con el alma adentro,

y hablaba con Aristóteles, que no había de ser su discípulo!



Yo podría morir triturado por un motor

con el sentimiento de deliciosa entrega de una mujer poseída.

¡Arrójenme dentro de los altos hornos!

¡Tírenme debajo de los trenes!

¡Azótenme a bordo de los barcos!

¡Masoquismo a través de los maquinismos!

¡Sadismo de no sé qué moderno y yo y barullo!

¡Aupa, jockey que has ganado el Derby,

morder tu cap de dos colores!



(¡Ser tan alto que no pudiese entrar por ninguna puerta!

¡Ah, mirar es para mí una perversión sexual!)



¡Eh, eh, eh, catedrales!

¡Dejad que me parta la cabeza contra vuestras esquinas,

y que sea levantado de la calle lleno de sangre

sin que nadie sepa quién soy!



¡Oh tranvías, funiculares, metropolitanos,

restregaos conmigo hasta el espasmo!

¡Huy, huy, ay, ay, ay!

¡Soltadme carcajadas en plena cara,

oh automóviles atestados de parranderos y de putas,

oh multitudes cotidianas ni alegres ni tristes de las calles,

río multicolor anónimo donde no puedo bañarme como querría!

¡Ah, qué vidas tan complejas, qué de cosas por todas las casas de todo esto!

¡Ah, saberse la vida de todos, los apuros de dinero,

los disgustos domésticos, los vicios que no se sospechan,

los pensamientos que cada uno tiene a solas en su cuarto

y los gestos que hace cuando nadie lo puede ver!

¡No saber todo esto es ignorarlo todo, oh rabia!,

oh rabia que como una fiebre y un celo y un hambre

me consume el rostro y me agita a veces las manos

en crispaciones absurdas justo en medio de las turbas

en las calles llenas de encontronazos!



¡Ah, y la gente ordinaria y sucia, que parece siempre la misma,

que dice palabrotas como palabras corrientes,

cuyos hijos roban a las puertas de los ultramarinos,

y cuyas hijas a los ocho años -¡y esto me parece hermoso y me gusta!-

masturban a hombres de aspecto decente en el hueco de la escalera!

¡Ah, la gentuza que anda por los andamios y se va a casa

por callejas casi irreales de estrechez y podredumbre!

¡Maravillosa ralea humana que vive como los perros,

que está por debajo de todos los sistemas morales,

para quien no ha sido hecha ninguna religión,

creado ningún arte,

destinada ninguna política!

¡Cuánto os amo a todos, porque sois así,

ni inmorales de tan bajos que sois, ni buenos ni malos,

inalcanzables por todos los progresos,

fauna maravillosa del fondo del mar de la vida!



(En la noria del huerto de mi casa

el burro anda dando vueltas, dando vueltas,

y el misterio del mundo es de este tamaño).

Límpiate el sudor con el brazo, trabajador descontento.

La luz del sol sofoca el silencio de las esferas

y todos hemos de morir,

¡oh pinares sombríos del crepúsculo,

pinares en los que mi infancia era otra cosa

de lo que ahora soy...!



Pero, ¡ah, otra vez la rabia mecánica constante!

Otra vez la obsesión agitada de los autobuses.

Y otra vez la furia de estar yendo al mismo tiempo dentro de todos los trenes

de todas las partes del mundo,

de estar diciendo adiós desde la borda de todos los navíos,

que a estas horas están levando anclas o alejándose de los muelles.

¡Oh hierro, oh acero, oh aluminio, oh chapas de hierro curvado!

¡Oh muelles, oh puertos, oh convoyes, oh guindastes, oh remolcadores!



¡Eh-ah grandes desastres de trenes!

¡Eh-ah hundimientos de galerías de minas!

¡Eh-ah naufragios deliciosos de los grandes trasatlánticos!

¡Eh-ah revoluciones aquí, allá, acullá,

alteraciones de constituciones, guerras, tratados, invasiones,

ruido, injusticias, violencias, y tal vez en breve el fin,

la gran invasión de los bárbaros amarillos por Europa,

y otro Sol en el nuevo Horizonte!



¡Qué importa todo esto, pero qué importa todo esto

al fúlgido y rubro ruido contemporáneo,

al ruido cruel y delicioso de la civilización de hoy!

Todo esto apaga todo, salvo el Momento,

el Momento de tronco desnudo y caliente como un fogonero,

el Momento estridentemente ruidoso y mecánico,

el Momento, dinámico pasaje de todas las bacantes

del hierro y del bronce y de la borrachera de los metales.



¡Ea trenes, ea puentes, ea hoteles a la hora de cenar,

ea aparatos de todas las clases, férreos, brutos, mínimos,

instrumentos de precisión, aparatos de triturar, de cavar,

industrias, brocas, rotativas!

¡Ea! ¡ea! ¡ea!

¡Ea electricidad, nervios enfermos de la Materia!

¡Ea telegrafía sin hilos, simpatía metálica de lo Inconsciente!

¡Ea túneles, ea canales, Panamá, Kiel, Suez!

¡Ea todo el pasado dentro del presente!

¡Ea todo el futuro ya dentro de nosotros! ¡Ea!

¡Ea, ea, ea!

¡Frutos de hierro y útiles del árbol-fábrica cosmopolita!

¡Ea, ea, ea! ¡ea-ho-ho-ho!

No sé que existo para dentro. Giro, doy vueltas, me ingenio.

Me enganchan en todos los trenes.

Me izan en todos los muelles.

Giro dentro de las hélices de todos los barcos.

¡Ea! ¡Hurra! ¡Ea!

¡Ea! ¡Soy el calor mecánico y la electricidad!

¡Ea! ¡Y los rails y las casas de máquinas y Europa!

¡Ea y hurra por mi-todo y en todo, máquinas trabajando, ea!



¡Saltar con todo por encima de todo! ¡Aúpa!



¡Aúpa, aúpa, aúpa, aúpa!

¡Hala! ¡Hola! ¡Ho-o-o-o-o!

¡Z-z-z-z-z-z-z-z-z-z-z-z!



¡Ah, no ser yo todo el mundo y todos los sitios!



Londres, 1914 - Junio.

De un libro a publicar llamado Arco de Triunfo. Orpheu I, Marzo 1915.

jueves, 3 de junio de 2010

Konstantínos Kaváfis

Konstantínos Kaváfis.

Ítaca


Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca

debes rogar que el viaje sea largo,

lleno de peripecias, lleno de experiencias.

No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,

ni la cólera del airado Posidón.

Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta

si tu pensamiento es elevado, si una exquisita

emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.

Los lestrigones y los cíclopes

y el feroz Poseidón no podrán encontrarte

si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,

si tu alma no los conjura ante ti.

Debes rogar que el viaje sea largo,

que sean muchos los días de verano;

que te vean arribar con gozo, alegremente,

a puertos que tú antes ignorabas.

Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,

y comprar unas bellas mercancías:

madreperlas, coral, ébano, y ámbar,

y perfumes placenteros de mil clases.

Acude a muchas ciudades del Egipto

para aprender, y aprender de quienes saben.

Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:

llegar allí, he aquí tu destino.

Mas no vayas con prisas al sendero;

mejor será que dure muchos años,

y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,

rico de cuanto habrás ganado en el camino.

No has de esperar que Ítaca te enriquezca:

Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.

Sin ella, jamás habrías partido;

mas no tiene otra cosa que ofrecerte.

Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.

Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,

sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.

martes, 1 de junio de 2010

Nazim Hikmet

Que las nubes no maten

Las que nos hacen hombres son las madres
Como cálidas luces marchan ante nosotros
¿No es una madre, acaso, la que os trajo al mundo?
Apiadaos entonces, venerables señores, de las madres
Que las nubes no maten a los hombres

Un niño de seis años va corriendo feliz
Su cometa supera las copas de los árboles
¿Es que no habéis jugado como ese niño, acaso?
Apiadaos entonces, venerables señores, de los niños
Que las nubes no maten a los hombres

Ante el espejo peina la novia sus cabellos
y en el espejo busca una imagen querida
Sin duda alguna vez os buscó así una novia
Apiadaos entonces, venerables señores, de las novias
Que las nubes no maten a los hombres

Cuando el hombre se va volviendo viejo
sólo debe evocar recuerdos placenteros
¿Es que vosotros mismos no sois, acaso, viejos?
Apiadaos entonces, venerables señores, de los viejos
Que las nubes no maten a los hombres

Nazim Hikmet