Universo piruleta
Estaba acostumbrada a escribirme con gente que no usaba su nombre, desde entonces comprendo a Pessoa un poco más cada día.
¿Cuántos somos en realidad?. Un poema publicado en el blog de su amigo ( ¿no es usted amigo de sus amigos?) decía: "Todos los nombres en una sola pessoa."
No recuerdo el nombre del autor, pero me dije: es genial.
Nacemos, eso creo, conectados al absoluto, creo que nacemos sabios. La ignorancia viene después.
La maestra de Jardinera (Jardín de Infancia) dice: dibuja un árbol. Cada niño dibuja uno distinto, con más o menos pericia, más o menos talento, pero el suyo. Bien, tampoco es el suyo, pero se le aproxima. Han tenido tres años de pugna con el mundo y sus padres, o de concordia y pugna.
¿Quién es? ¿Es el héroe emergente con su propio concepto que sabe decir no, o es el ser sometido que castigaron cuando dijo no? ¿Es alguien que llegó a un acuerdo?
El niñito (o niñita) dibuja el árbol producto de su combate o de su concordia, o de su amor.
Después llega la maestra y les dice: Muy bien, pero "ÉSTE ES EL ÁRBOL". Muestra una nubecita verde y homogénea clavada en un palito, como una piruleta. Y se van a hacer gárgaras los universos.
El héroe, hoy, con gran desprestigio, es el que sigue sabiendo decir no. El que defiende su universo, el que siente empatía por los universos ajenos.
El que dice: Me vale el esperanto-piruleta primario que me ofreces, pero éste soy yo, complejo, distinto, con matices.
Si la realidad es Maya, cuando empieza la danza y caen los velos, que no nos encuentre en bandeja como a Juan el Bautista. Sólo al final, pero nunca en bandeja.
Verónica Pedemonte. Viaje circular.