jueves, 6 de agosto de 2015

 Conciencia


 Intentando pensar acerca del darwinismo y su impacto en la sociedad, y sus interpretaciones erróneas, podríamos aventirarnos a decir que la destrucción de la materia simbólica que nos hizo humanos es también la destrucción de lo humano y la cosificación del animal humano, conversión imposible en el nivel abstracto, en cuanto que el nacimiento de la conciencia (conciencia del ser y del hacer, que el mismo Bergson incluso podría haber encontrado en el primer homo mirando su herramienta e imaginando su efecto para luego concluir que ese efecto imaginado era posible en la práctica, eso robaría toda evidencia de ingenuidad y por tanto una sospecha de conciencia al conocer el efecto potencial de antemano) . Si los animales no humanos tienen límite en su instinto y los animales humanos no, nunca serán comparables sus acciones.Si el animal no humano sólo caza cuando tiene hambre y el animal humano puede salir a cazar por motivos diversos tampoco hay comparación posible. Si el poder del animal no humano es limitado puede que beneficie a su especie en términos evolutivos pero si el poder del animal humano es ilimitado no podemos hablar siempre de beneficios para la especie, pues no se puede beneficiar y a la vez perjudicar a la especie. Si el expolio beneficia a unos y perjudica a otros no estamos hablando de supervivencia del más apto sino del más feroz (apto en su ferocidad pero nefasto en cuanto especie en su totalidad) . Si la conciencia, incluso desde un punto de vista darwinista podríamos presumir que pertenece al conjunto de lo que se entiende por evolución humana  nuestra libertad queda enmarcada dentro del sentido de la responsabilidad. Incluso si no se entiende qué cosa sutil o etérea sea la conciencia en términos simbólicos, podríamos sugerir que tal vez se trata del susurro del propio instinto de supervivencia ligado no sólo al individuo sino a la especie. Que eso se transmita o no en el ADN es otra cuestión para los genetistas, que hoy ya se plantean que es posible la transmisión de la memoria a través de los genes. No hay pues un límite para la evolución humana y animalizar del todo al ser humano no es devolverlo a su origen sino retrotraerlo al espacio donde ni siquiera había aparecido el primer homo.

Verónica Pedemonte

Los otros europeos