EL TIEMPO DEL DRAGÓN. MEDUSA ERA ÉL
Estoy en contra de todos los fundamentalismos. El monstruo, ese dragón, que sin digerir ni es blanco ni vuela, aparece por doquier. Y se esconde siempre detrás del que juzga a los otros duramente. Y,por lo que sé, los que juzgan a los demás (sea cual sea su ideología) duramente suele ser gente rígida e hipócrita. Con demasiadas frases hechas e ideas preconcebidas que adjudicar al prójimo. En definitiva , gente muy peligrosa. Da igual que vista de señor progre o de señor burgués, o de revolucionario, puede ser (o no) el pope de alguna religión, el que se dice guardíán máximo de las buenas costumbres, o defensor acérrimo de la paz. Y no digo señoras, que también, pero como a nosotras se nos han dicho y hecho cosas tan malas mejor vamos a tomarnos una pausita en el insulto. Y, en general, los que se exhiben como muy buenos y respetables, o excelentes gestores de lo suyo (que suele ser lo de otro) suelen ser unos impresentables. Y suelen trabajar siempre para sistemas excluyentes.
El tiempo del dragón
Verónica Pedemonte
miércoles, 22 de junio de 2011
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