Este poema se lo escribí a Gonzalo Rojas en El Puerto de Santa María cuando supimos que finalmente no pudo asistir al recital previsto, a causa de la reciente pérdida de su esposa.
A un amigo, profesor entonces de la Complutense, le gustó el poema y me dió la dirección de Gonzalo Rojas para que se lo enviara, pero no lo hice.
Esperando hoy que le lleguen los versos de algún modo, quizá a través del aire ,tan cerca del alma, a través de la lluvia...
Salve a Gonzalo Rojas.
Dios te salve Gonzalo Rojas,
a ti llamamos las desterradas
hijas de Eva, a ti suspiramos gimiendo
en este valle de lágrimas y besos
porque has perdido el pie
de un zapato Gonzalo Rojas,
y también el otro.
El pie en el aire
el alma cerca.
Con alma de Fax te escribo
bajo los ángeles de Alberti.
Quién soy yo,
sino la hija de alguien poeta
que quizá probó la vid de Chile
cuando era vida, contigo.
¿Quién lo sabe?
Ese zapato en el aire
tan cerca del alma.
Y qué se puede hacer
con un zapato
áureo y vacío. Dios te salve.
“No estés ahí mirándonos debajo
de la lluvia,
todo es herida, pasa...”
Verónica Pedemonte Morillo-Velarde
Al este del edén 1997 (plaquette)
martes, 1 de marzo de 2011
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