viernes, 11 de marzo de 2011

Poetas japoneses

NAGATA KOI

Una alondra levanta el vuelo.
Mis intestinos
Reaccionan los primeros

Vuela en lo más alto
La gran mariposa
De alas lentas

Viene la muerte.
Ríen en los ciruelos
a carcajadas.



YAMAGUSHI SEISHI

Marea de primavera.
En todo mi cuerpo
la sirena del barco.

El hilo del volantín
se pierde en el cielo
y en el dedo se ve.

El punto final
Del caracol
Al centro de la concha

La luz de la luna
Congelada en el aire
Queda

Ninguna huella en la corriente
donde nadé
con aquella mujer.

En la espiral de la concha
poco a poco avanza
el caracol

La flor se marchita
hasta en los ojos
de la mantis religiosa.

En la hierba del verano
las ruedas de la locomotora
se inmovilizan.

KATO SHUSON


Ruido de trueno
en el cielo azul.
Brillo de verdad en el hombre

Cuadro de guerra atómica
Siento escalofrío
Como esos muertos abro la boca

En el fuego terminará
Esa hormiga
Que camina y camina

Aplasto una hormiga
y mis tres hijos
a mí observan.

Insecto dormido.
Me gustaría que la muerte
tuviera ese rostro.

Pasa
sin techo ni tumba.
La gaviota en invierno

En cama enfermo.
Un árbol en invierno
cuelga mi mirada.


MATSUO TAKAHASHI

Día de año nuevo.
El escritorio y los papeles
están como el año pasado.

Playa de Ichiburi.
Las crestas de las olas
se pegan a la nieve.

Se derrama
El agua que transporta en la cabeza
Por su espalda y sus senos


HIRAHATA SEITO

Paso a paso
Avanzo
Prisionero bajo la luna


SHINOHARA HOSAKU

Poco a poco
Mis pulmones se tiñen de azul
Cuando viajo por el mar


SUZUKI MASAJO *Mujer

Noche de escarcha.
¿Cómo dormir
si el mar no duerme?


NAKADAI SHUNREI

Silencio de mediodía.
Solamente una tierra calcinada
que trabajan las hormigas.


TAKAYA SOSHU

En las manos de la madre
tiemblan las cenizas del héroe.
La línea férrea


KONO NANKEI

Se marchitan
las flores de la maravilla.
¡Tan lejos de nuestro mundo!


WATANABE HAKUSEN

Repentinamente la guerra
De pie
Al fondo del corredor

La bandera del sol naciente
La ofrezco
Al océano

Anoche cubrí
mis hijos dormidos
y el ruido del mar.





KITAMO TAMIO

En las cocinas del jumbo-jet
Los crujidos
De los hielos que amontonan


KINOSHITA YUJI

En la escarcha
de las flores del cerezo
el cuchillo se empaña de grasa.


TOYAMA CHIKAGE

Higos verdes
Desnudos
Al horizonte de un cielo vacío


HORI ASHIO

Una mañana donde la miel se hace fuego
Se transforma en arena
Y todo se descompone









MORI SUMIO

En el movimiento
de las carpas grandes
flamean las alturas del otoño.


KANEKO TOTA


Amanece
y desaparece una gaviota
que se lanza en picada al océano.

Pegada
al lomo del lobo.
¡La luciérnaga!

Respirar
es aspirar la voces claras
de las cigarras en la noche.

En los dibujos de los niños
un sol radiante.
Al exterior la nieve en borrasca

En el valle
las carpas se estorban
y la noche festeja.

Llega primero
la punta de la locomotora a vapor
y luego el conductor transpirado.

Veinte televisores.
En la línea de partida
sólo hay negros.

Los empleados de los bancos
Espejean por la mañana
Como calamares

Es mi lago interior.
En la sombra merodea
un tigre negro.



NOZAWA SETSUKO *Mujer

Otoño en las montañas.
Tantas estrellas
y tantos lejanos antepasados.


TAKASHIMA SHIGERU

Sentada en un columpio
Víctima de la bomba atómica
La niña muerta


MITSUHASHI TOSHIO

Vuelan las ardillas
Así crecen
Las montañas de la noche


IIDA RYUTA

En el collar congelado
Los ojos de mi caballo
Azulan


ISHIDA TOSEI

Aniversario de la bomba atómica.
Yo limpio mi cuerpo desnudo
de una mañana sin heridas.

Grullas en los campos
durante la cosecha.
Otoño en el pueblo


UEMURA SENGYO

La soledad
El frío primaveral
Nada más


IIJIMA HARUKO * Mujer

El lirio de la montaña.
Su polen sube
y empapa mis senos.


WADA GORO

Mi nombre
ya fue grabado en el viento.
El gran olmo

Dejo mi nombre
Escrito tembloroso
En el templo en invierno

En la pupila
el cuerpo de una bestia dormía.
En ese mismo instante

Funerales de primavera.
Los árboles se detienen
en la colina.


TAKAYANAGI SHIGENOBU

Rugen
Los tambores de guerra
Hasta machacar
La carne del otoño.

Cálmate
Cálmate
Flor de la ira.
Color del lóbulo de la oreja.


HATANO SOHA

De regreso del peregrinaje
A las tumbas
Cada cual retorna a su pieza.


HAYASHIDA KINEO

Mar deslumbradora.
Un hombre de huesos blanqueados
se levanta.






ABE KAN’ICHI

Todos ahí
Sobre esa llanura
Maquillados de blanco

Abriendo un cajón
Toco
El corazón de una gaviota


KAKIMOTO TAE * Mujer
Hija de sacerdote budista.

Una mariposa de invierno cerca de mí
La gran campana del templo
Se mueve lentamente

Un ruido
Cavan una fosa
Detrás de las camelias

Una bandera roja
en un callejón de Nara
y la luna del día.

Levantando la cortina
del verano que termina.
No veo nada

Rodeada de crisantemos
Paso la mano por mis mejillas
Que son ásperas


SAITO UMEKO *Mujer

En mi palma
no hay nada.
Relámpagos en la noche


NAKAGAWA ISAO

Vuelto hacia el veintinueve
El rostro desnudo
Del hombre incandescente


KAWAHARA BIWAO

Lleno
de tinieblas
atrapo luciérnagas.

La noche cruje.
Ella se adapta
a la manera de los insectos.

Sólo en el desnudo páramo.
Ronca surge
la voz de los muertos.

¿Alguien se ahoga de nuevo
en el Río del Cielo?
Grito.


HARA YUTAKA

A la sombra de las montañas
Suben hacia los hielos
Los peces color del viento


NAGASHIMA YASUKO *Mujer

En el plato de vidrio
el tintineo de las espinas del pescado.
Una familia común


HIRAMATSU YOSHIKO *Mujer

Cortando la paja
Bajo estrellas marchitas
Mi guadaña golpea una tumba


HOSHINAGA FUMIO

En los barrios de los bancos
los navíos de guerra
irradian.


SUZUKI AKIRA

Flores de verano.
Un soldado
derretido y caramelizado.


FUYUNO NIJI *Mujer

Fiesta de primavera.
Desde el fondo del agua
las plantas me llaman.

Aún sin nombre
Entonces esta hamaca
Es lisa y resbalosa

Pavo blanco
Fiebre
Cuando me levanto al amanecer

La primavera reflexiona.
Los brazos cruzados
en la velocidad de raíces amargas.

Ante el mar agitado
la cuerda a saltar
abre un vacío.


KIMURA TOSHIO

Eclipse lunar.
Yo lamento
ese haiku que pierdo.

En los ojos de hadas
bajaron a la ciudad
el vacío.


YOTSUYA RYU

El sueño continua.
Se mueve la malla de tenis
en el sueño.

Mi corazón bate
como una bandada
de golondrinas.

Amanecer de verano.
La neblina viene
en forma de zapato.

Azucenas
erguida en un florero.
¡Hermana menor del trueno!

Reímos.
En el campamento
se acumulaba la ceniza.

Crepúsculo de primavera.
Las sombras se reúnen
sobre la cola de un palomo blanco.


SUMITAKU KENSHIN

El cuerpo quebrado
Aún vivo
Atravieso el verano

Sufro.
El grito de las cigarras
viene de días lejanos.

Suspendida en la noche
la bolsa de suero
y la blanca luna.

Más y aún más frío.
El teléfono negro
de la noche.

Morse por la noche.
El viento
envía un SOS.

Quitando la cáscara
Del huevo duro
Mis dedos de enfermo

Este fuego
que me quema.
La voluntad suicida

Mi rostro deformado
lo hundo
en la cubeta.


TANAKA HIROSKI

El cuadro que amo
no se vende.
Hojas rojas de otoño.

Quién será el que vino
a orar de lejos a esta tumba
y apenas rezó.

Una tortuga canta
Decimos
Mejor que el hombre calle.

Las manos del hombre
que participó en el ritual purificador
son rojas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario