Este es un poema con lejanos ecos de mi lectura adolescente de la Storni y lleva el mismo nombre que el libro de Wilhem Reich, Escucha hombrecito. No es un poema con rastros místicos o mesiánicos como algunos (no entiendo bajo qué prisma ramplón y simplista se han permitido comentar ). Todos nacemos bajo una cultura y una ideología, y somos instrumentos de su lenguaje. Posteriormente como individuos usamos los códigos libremente. O eso pretendemos.
Escucha hombrecito
Escucha hombrecito
Hasta cuándo hombrecito
podrás vivir
con ese trozo de pan
y ese terror en la mirada.
Hasta cuándo hombrecito
le abrirás las entrañas
a tus salvadores,
quemarás a doncellas por brujas,
saldrás en procesión con Poncio Pilatos,
cenarás con Herodes.
Hasta cuando tu corazón
seguirá dormido
arrullado por nanas metálicas
enchufado a las máquinas.
Hasta cuándo, dime,
hemos de sufrir por ti,
y de vivir y de morir por ti,
para que abras esos ojos,
que tiran tejos a Lady Macbeth.
Hasta cuándo
te acostarás con la vara de mando
como una prostituta.
¿Hay esperanza para ti,
pequeño, útil, débil, hombrecito?
Verónica Pedemonte
de Esclavos y libertos
Premio Internacional Gerardo Diego (editorial Cervantina , Santander 2000)
sábado, 31 de octubre de 2009
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