Más yo quiero mirarte, primavera,
verde y florida solo, toda verde
como si el mundo, si la tierra toda
despertase un jardín, un inicial vergel
de altas espigas llenas y frutales.
Las manos ya no están cansadas ni los rostros
fatigados del sol y las labores
dobladas de los siglos.
Todo es amor recién nacido y puro.
Canta la juventud por las aradas
y en la penumbra quieta de las hojas,
pájaros sin acecho y sin temores,
se ama en paz y duermen los amantes.
...Pero desde las sombras todavía
asaltan a la luz los asesinos.
Rafael Alberti
viernes, 30 de octubre de 2009
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