Jacques Roumain (Haití, 1907)
África he guardado tu recuerdo África
estás en mí
como la astilla en la herida
como un fetiche tutelar en medio de la aldea
Haz de mí la piedra de tu honda
de mi boca los labios de tu llaga
de mis rodillas las columnas rotas
de tu humillación
Sin embargo
no quiero ser más que de vuestra raza
obreros campesinos de todos los países...
obrero blanco de Detroit peón negro de Alabama
pueblo innumerable de las galeras capitalistas
el destino nos yergue hombro con hombro
y renegando del antiguo maleficio
de los tabúes de la sangre
pisamos los escombros de nuestras soledades.
Si el torrente es frontera
arrancaremos al declive su cabellera irrestañable
Si la sierra es frontera
romperemos la mandíbula de los volcanes
que refuerzan las Cordilleras
y la llanura será la explanada de la aurora
donde reunir nuestras fuerzas descuartizadas
por la astucia de nuestros amos.
Como la contradicción de los rasgos
se resuelve en la armonía del rostro
proclamamos la unidad del sufrimiento
y de la rebelión
de todos los pueblos en toda la superficie de la
tierra
y mezclamos el cemento de los tiempos
fraternales
en el polvo de los ídolos.
De Bois d'ébéne (1944, edición póstuma
Traducción de José M. Valverde
Frankétienne (Haití, 1936)
Traducción de Pablo Montoya
Danzas y tambores y tamtams
ruedan a las llamadas de mi ciudad parada
inagotable entre porquerías y luz en
el pantano de las tinieblas.
Y perra es mi memoria
en los ladridos del silencio
cuando mi ciudad remolinea
hasta el límite de mi sexo que día
y noche se extiende para llevar
a lo más profundo de ti mi paraíso perdido.
Jean Fleurant (1970)
Boat people (fragmento)
Le tonnerre gronde sur Haïti,
Pas de lumière, l'azur s'assombrit,
Les enfants pleurent de soif et de faim...
Là-bas, chez l'aigle, le puissant voisin,
La vie coule dit-on comme du vin,
Mais pour gagner ce miel plutôt amer,
Il faut braver l'arène de la mer.
Par delà les risques et les malheurs,
Le paradis pour eux se trouve ailleurs.
(Traducción literal )
El trueno retumba en Haití
no hay luz, el cielo se oscurece,
los niños lloran de hambre y de sed...
En el país del águila,
la vida sigue...
Para guardar la miel más amarga
debemos desafiar a la arena del mar
Más allá de los riesgos y desgracias,
el paraíso para ellos está en otra parte.
sábado, 16 de enero de 2010
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