viernes, 20 de noviembre de 2009

La canción de Mary Shelley

Dame un corazón Madame La Guillotine,
de tantos como latieron a tus pies
después de perder la cabeza.
Juro colocarlo a este lado de mi pecho
junto a los esbirros de cualquier patria.
Quiero el corazón de un inocente
para galvanizarlo y concederlo el mundo
después de resucitarlo con acíbar.
Vengan los salvadores y los pulcros
y vengan los utópicos de la última cena.
Vengan los lapidarios y los justicieros
todos a mi, que la cicuta la conservo
a este lado de la alcoba y el puñal
por abrecartas en un libro.
Acérquense los hijos de la Historia,
de corazón helado y bota de Frascuelo
o frasco de la ira tabernaria.
Muestren el rostro de la traición.

¿Quién no cree en la Tierra de Oz
pero acude a la fiesta de la tierra de hoz?



Brumario (2004) Antología (2008)


Verónica Pedemonte

1 comentario:

  1. Buen poema, Verónica, y el remate,esa pregunta retórica, jugando con el País de Oz y la hoz da un cierre pra pensar. Un abrazo,

    Silvia Loustau

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