EL CLUB DE LOS POETAS MUERTOS
Mandaron mensajeros,
globos sonda.
No fui.
Vinieron a embargarme,
y les tiré las letras a la cara.
De la A a la M,
de la M a la Z .
Les tiré las metáforas,
no las quería sin letras.
Con la casa vacía
tuve que fumigar.
Ese hedor asfixiante a nihilismo.
Me invitaron al baile,
era en el “Club de los poetas muertos”,
pero tenía el carné
tan lleno de graffitis
que no encontré lugar
a ningún zombie.
Verónica Pedemonte
Dulcinea en Manhattan
Premio Internacional Ciudad de Irún 2002
viernes, 27 de noviembre de 2009
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