POESIA SAHARAUI
Poemas de los poetas saharauis Luali y Saleh Abdalahe
Un tumulto de voces
Quiebra el silencio de la noche
Mientras la ciudad duerme
ajena a las garras de la sombra,
que en la sombra,
arañan sus paredes,
desfiguran su rostro
Cuando estoy solo
solo estoy rumiando los recuerdos
que llenaron mis brazos con tu cuerpo.
Las migajas de amor que dejó desparramada
Tu ausencia en mi alma.
Cuando estoy solo.
Solo repaso los rincones
Donde nuestra imaginación
Retozó en el polvo de la noche
Con la cómplice discreción de una duna
Cuando estoy solo.
espero, solo, que el siroco me devuelva
La duna a esta desolada estación
Donde reconstruyo tu imagen sobre
El silencio de las piedras
Cuando estábamos juntos
estábamos, juntos, rompiendo las
Fronteras con las consignas
De nuestros besos.
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Las miserias del mundo
yacen olvidadas bajo
el escombro de los metalenguajes.
El lenguaje con que chillan
Los intestinos del sur
Es un enigma en los oídos
Del norte.
El monstruo de la ciudad
Se comió nuestra inocencia.
La fe se estrella contra los gigantes
Que rascan un cielo que no pica.
Los pequeños dioses agonizan
Ante el vacío de los verbos
Politizados.
Y la guerra es una proyección
Del diablo que deambula como
Una posiblidad en las desoladas
Praderas de nuestra esperanza.
Cuando esquivo las espinas
del tiempo y me refugio en el
silencio de tu cuerpo.
Solo estoy buscando paz.
Cuando le viro el rostro
A la incertidumbre de esta
Rutina, y sucumbo ante
El encanto de la memoria
De tu imagen.
Solo estoy buscando paz.
incluso,
Cuando maldigo el peso de tu nombre
sobre mis vértebras, la recurrencía
de tus horizontes en mi mirada,
el ardor de tus lágrimas sobre mis mejillas
sólo estoy buscando paz.
Pero cuando te mires en el
Espejo del recuerdo y solo
Encuentres el jeroglífico
De mis besos en tu cuerpo
Es que me he ido,
Me he ido a componer
Los cristales rotos de otra
causa de amor
para la paz
TIRIS
Quiero huir del vientre
De esta noche ajena.
Dormir un sueño
Sin primaveras postergadas
Sin cláusulas de perdón incumplidas
Y despertarme en tu vientre TIRIS.
Espantar la soledad con un abanico
De versos inspirados por tu inmensidad.
Vaciar mi alma en la bondad de tu alma
repasar la memoria del universo
en la poesía de tus paisajes
y escuchar en el eco de tus montañas
la gloria de tu pasado,
los ruidos de la infancia del mundo,
el galope de una caravana sobre el cristalino rostro de
tus llanuras
y sentir la paz que los dioses cincelaron con bondad
en tu rostro,
tu rostro de mar que se le congelaron las olas
AUSENCIAS
cuando,
el día se vuelve tan solo
un desnudo de la noche
los minutos solo
un quimérico tic-tac de la memoria,
el éxodo un ir lento hacia
el reverso de la esperanza
duele y,
¡como duele¡
la ausencia:
de tus ojos para iluminar
el alma de mañana
de tu cuerpo para llenar los rincones
donde el amor se ha vuelto mudo.
Duele y,
¡como duele¡
la falta del aire,
no de este aire apócrifo y ajeno;
si no del otro aire, el aire puro
que tu transpiras en mi ausencia
el de la vetusta esquina donde
dejamos colgados los atuendos
de un amor inmaculado.
El aire con el que le pintábamos
alas a la libertad en las paredes del viento.
el tiempo va, siempre va
dejando callos en las manos
de la historia.
los años se precipitan
como perlas de un rosario
sobre la ya longeva memoria
del exilio.
la providencia talla
nuestros pasos de mañana
en un camino sin brazos,
sin flores en los bordes,
y sin ti en el horizonte.
el tiempo va, siempre va
arrastrando las cicatrices del universo
hacia el norte
los días sobrevuelan, sin ruido,
como aves de rapiña,
el techo de este hogar sin raíz,
donde anida el sueño de nuestros hijos.
el tiempo va, siempre va
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déjame creer en ti
para seguir atado a algo.
quiero volver a ver tu rostro,
en este minuto de paz,
entre este siroco que se va
y el próximo que llegue.
asomarme a mirar este atardecer
desde el apacible amanecer de tus ojos.
déjame pensar que
el aire de tu aliento
es el aliento de mi aire,
que la noche es un estigma
de nuestros cuerpos,
la mañana un descenso de tus brazos
y el crepúsculo, solo,
un capricho de tus besos.
déjame seguir atado
al silencio de tu amor
para seguir amando
el dolor de tu silencio.
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Mi verso habla para callar
los estampidos que perforan
los tímpanos del silencio.
acaricia tu nombre y se posa
en tu mirada cual águila herida
huérfana de inmensidad.
mi verso busca tu historia
se junta mi memoria y tu camino
para desandar otra posibilidad de amor
entonces
mi corazón late, embriagado por
la alborada de tus olores.
persigue el rostro de tu perfume
que se diluye entre las brumas
de la muchedumbre de estos días
de mediocridad masiva.
Emerge tu rostro por entre
las carabelas de la guerra
para hacerme olvidar los
látigos del tiempo,
se antepone a otros rostros
y estira los minutos en que
dibujo tus murmullos con versos
en una hoja.
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El verano es una estación de soledades mustias.
la tierra rinde su pleitesía ante el sol
y nuestros cuerpos, corazón de la tierra
se tuercen mientras dura la reverencia.
El viento es una navaja afilada que destroza la tarde
quiero navegar entre tus besos y mi soledad
solo, siempre solo y apartado en este camino
casi irreal
no dejes que la luna irrumpa con su azulada luz
en la imperativa oscuridad donde se oculta nuestro amor
quedémonos quietos ahora
para que este instante perdure siempre
y el ahora se convierta en ayer
y nuestro hoy se haga un beso eterno.
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La esperanza
la esperanza levita sobre la voluntad
de las naciones
se descarrila a veces
se endereza otras
resurge con cada alba
disfrazada del rocio
que cubre el triste rostro del exilio
o como una oración rezada en un rosario escéptico
pero se derrumba como el sueño de los lagartos
con los últimos hilos del alba
los verbos duermen en la esquina
fría donde se oxidan los cañones
la guerra es un pretérito imperfecto
de un imperativo odioso.
un pájaro dibuja sus alas
en un cielo estéril
el ruido de las olas
se esconde detrás de las rocas de la noche
la guerra es un edema en el corazón de la patria
la paz se estrella contra los ojos del viento
y el canto de las golondrinas
se hunde en la fragilidad del espejismo
la esperanza levita en la otra pradera del sueño
y la añoranza dibuja un país con costas en
la memoria de mañana.
Un niño mira hacia el horizonte
buscando la silueta de una alegría
de pronto la diáspora del siroco
el polvo endiablado, la tierra sádica,
vengativa arremete contra la inocencia
de sus pupilas
se pierde entre la incertidumbre
de los gritos del viento
se vuelve desolado, aposiotico
hacia los brazos de su madre
a esperar que se calme la furia del
Universo.
Mañana volverá a buscar la silueta de otra alegría.
UN INSTANTE
Bajo el cielo infinito de esta noche
Alzo mis manos a la luz.
A esta luz, que vigila por mí
La arena de mis huellas.
Y por un instante, dejaré mi condición
Navegar en un fugaz olvido.
Ya puro, viril, auténtico y con luz propia
Como yo quiero.
Me desnudaré de mis huellas, de mi exilio
Y me dispongo a volar.
No para vivir en el mundo de las estrellas,
Que viaja en doradas cometas
Ni seguir la corriente de la ciencia.
Volaré desesperadamente a tu encuentro
Que desesperadamente esperas,
Acariciar con mis alas tu vientre.
MADRE
Madre sé que sufres
sé que el dolor te hace llorar
y que tus lágrimas son de cera y calor
Madre sé que te han cegado los ojos
y te han ahogado la voz
para no cantar al mundo tu libertad
Madre sé que de tus brazos
te han arrancado los hijos
que tus senos deseaban
con amor alimentar
tu historia y cultura enseñar
Madre sé que tu llanto
tu llanto mudo aún está
hizo todo el mundo a escuchar
Madre sabré también que vas a cantar
a cantar con una voz que llegará al más allá
y cuando amanece, tus brazos se abrirán
para tus hijos que están aquí y allá
Madre sabré que tu alborada va alumbrar
los puntos cardinales y más allá
de la frontera y de la mar
Y tus lágrimas Madre?
¡Oh! tus lágrimas esta vez serán de jubilo y felicidad
y cuando todo sucede
cuando la corona solo reina en su lugar
tu, tu Madre Patria seguro, seguro que vas a olvidar
Porque tu corazón es todo AMOR Y PAN.
SUEÑO
Sueña el niño algún día
Poder en el cielo batir su ala.
sueña el cosmonauta poder
Tener en sus manos, su propio planeta.
Todos sueñan allá arriba.
sueña el astronauta,
abandonar su telescopio
y a cercarse algún día
a los astros,
galopando en su dorada cometa
sueñan incluso los enamorados
vivir una eterna luna.
Todos sueñan allá arriba.
y yo, tan solo sueño poder en mi tierra
Algún día, alzar al cielo mi bandera.
miércoles, 10 de noviembre de 2010
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