En aqueste enterramiento
Humilde, pobre y mezquino,
Yace envuelto en oro fino
Un hombre rico avariento.
Murió con cien mil dolores
Sin poderlo remediar,
Tan sólo por no gastar
Ni aún gasta malos humores.
Francisco de Quevedo
martes, 7 de diciembre de 2010
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ResponderEliminarDescansa entre las flores
quien murio de mal de a...