Curzio
Malaparte tomaste por tu nombre
Por si la bona parte no te alcanza.
Comiendo con duquesas retiradas
O militares lerdos de otras revoluciones
aprendiste en la guerra que la paz
es a veces una señora oronda.
Una madre raquítica.
Un hijo sordomudo en los obuses.
Te dio el veneno lo que la lengua quiso
y así lamiste tu caudal de hombre.
Quieran las brumas encontrarte lúcido
a la hora del alba de los libros.
Donde los empleados queman
a 451 Fahrenheit las tardes disolutas.
Verónica Pedemonte
sábado, 20 de marzo de 2010
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