El Príncipe
¿Qué es mejor para el príncipe
ser temido o amado? Nicolás Maquiavelo
No es la víctima mejor que el verdugo.
Hasta la flor más bella puede ser venenosa.
Benditos los filántropos que soportan sus obras.
Bienaventurados cuando el ego
de alguien les estalla en la cara.
Santos los que se dejan
su piel en las esquinas
y se cubren el rostro con la pasión ajena.
Benditas sean las leyes que ponen apellidos
a las obras bastardas.
Gloria a la Ciudad-Estado, al Príncipe
de Maquiavelo, al elogio de la locura.
Viva la marginalia que aún no es conocida.
Que los dioses permitan que el péndulo derive
de una época a otra, quiero un vals
con los Médicis, que los leones
se coman a los monstruos, probar la uva
del banquete romano, por pésima que sea.
Desea los favores de gladiador etíope
matrona de la era del Apocalipsis.
Vivan los magistrados que duermen más tranquilos
que aquellos que delinquen.
¡Salud a los ociosos que conservan su mente!.
Piedad para las vidas que no alimenta el tedio.
Cuando Europa era el mundo, Las Palmas 2006
domingo, 3 de mayo de 2009
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