lunes, 4 de mayo de 2009

Per te, Lucino

EL GATOPARDO

I
La casa de mi padre me quiso combativo:
Di libertad o lucha hasta la muerte.
La casa de mi padre me enseñó el ayuno,
ayuno solidario con los pobres del mundo.
La casa de mi madre me hizo superviviente,
agárrate a la tierra de esta estirpe sagrada.
En casa de mi madre el pan se repartía
a todo mendicante los lunes y los jueves.
La casa de mi padre me hizo benevolente,
biempensar* era el gesto de todo diplomático.
La casa de mi madre me hizo intransigente
con la luz apagada de la vida mediocre.
La casa de mi padre puso una pica en Flandes
pero vino el gobierno y la borró del mapa.
La casa de mi madre me construyó un castillo,
dos torres con almena y una torre-vigía
que en la guerra española sucumbieron.
La casa de mi madre jamás jugó en la feria
porque “ juegos de manos son juegos de villanos”.
A casa de mi padre venían los visionarios
a aprender la manera de jugarse la piel
la derrota en los ojos, algún as en la manga...
La casa de mi madre porque nobleza obliga
prefería la muerte al deshonor.

II
Con la espina dorada cruzaron los océanos,
para ayunar los días de ayuno,
y repartir el pan lunes y jueves.
Hacer fértil la tierra, luchar por la justicia,
morirse con el deshonor.
Llevar el as de picas
a Varsovia o a Flandes.
No jugar con villanos a las cartas.
Reconstruir castillos en la arena.

III
Disfruto del almuerzo
con la mano derecha,
sólo cuando no tengo a pobres ayunando
los lunes y los jueves en mi estómago.
Me asomo a las almenas
los días de niebla aguda,
cuando los visionarios
contemplan con sus ojos la derrota.
Y digo: hay villanos que juegan con la Historia.
El honor fallece de vergüenza
cuando la libertad es masacrada.
En donde no hay justicia nada es cierto.
Meriendo con mis lares,
y contemplo a lo lejos el fin de las especies.
Las garras prestas, la mirada altiva,
la mano izquierda sobre el corazón.

*M antes de p.


Cuando Europa era el mundo, Las Palmas 2006

2 comentarios: