Te encontré allí donde la vida
socava sus cimientos.
De los lugares sórdidos,
de los paisajes trágicos
en donde no hay piedad.
Amé tu palidez de ave de la noche.
Venías del frío y yo venía del fuego,
me agoté derritiendo
los cubitos de iceberg de tus ojos.
Por fin la vida te ha llevado lejos.
A los paisajes áridos, ásperos y crueles
que teje, sólo para ti, la muerte.
En el Zoo (esclavos y libertos
sábado, 6 de junio de 2009
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