INOCENTES
No es veintiocho de diciembre,
Herodes ya no existe,
los mayas no practican
el juego de pelota,
y sin embargo,
caen cabezas preclaras.
Por una medalla,
por una palabra
de amor como un barquillo.
Por un mendrugo plum cake.
Por una falacia
de libertad a plazos.
Por una placa
con fecha y hora (de caducidad).
Por una cama modesta o con dosel.
Por un sueño.
Por un yugo.
Dulcinea en Manhattan , Kutxa Ciudad de Irún 2002
jueves, 18 de junio de 2009
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